LA “DIOSA MUERTE”
¡Hola compañeros! Este fin de semana en el curso se han hablado de temas muy interesantes, (como de costumbre), pero mi corazón me impulsa a escribir sobre la muerte, quizá por que el miedo que siempre he sentido hacia ella ha sido una limitación en algunos momentos de mi vida.
La muerte, es la asignatura pendiente de la humanidad.
Cuando un nuevo ser va a nacer en el seno de una familia se preparan todas sus cosas, ropa, cuna, etc. y se espera su llegada y se habla mucho del nacimiento, pero no ocurre lo mismo cuando al ser humano le llega la hora de volver a la casa del Padre; no se habla del tema, en la familia todos callan, se guarda silencio por miedo y por desconocimiento, y no se preparan ante el inevitable tránsito ni el moribundo ni la familia. Se percibe la muerte como un trágico final donde al moribundo le es arrebatado todo cuanto ha poseído y amado, enfrentándolo a la soledad de sí mismo. Y, si es importante aprender a vivir la vida para poder vivirla con alegría, felicidad y paz interior, también es importante aprender a morir.
Es fundamental conocer todas las circunstancias que acontecen en el periodo pre-morten y en el periodo post-morten, porque esto ayudaría tanto al moribundo como a la familia, se tendría la oportunidad de hablar con nuestro ser querido y a su vez él también tendría la oportunidad de contarnos sus sentimientos, tanto los actuales como los del pasado, y poder sanar las viejas heridas para que no queden asuntos pendientes; tendríamos también la oportunidad de despedirnos, de abrazarnos y de vivir todo el proceso desde le cariño y la comprensión. Desde esta perspectiva se viviría la muerte con la natural tristeza del momento, pero con la serenidad y la alegría de que nuestro ser querido se va en paz consigo mismo y con todos, confiado en que algo muy bueno le espera al otro lado y seguro de que mientras estuvo aquí hizo lo que debía, y de que el Padre bendice su acción.
Mis inquietudes por aprender a vivir me llevaron a realizar cursos sobre la muerte con mi gran maestro Félix, sin saber en ese momento que las prácticas del curso las iba hacer con mi padre.
Hoy doy gracias Dios por haber tenido la oportunidad de haber ayudado a mi padre en su proceso de muerte:
Una mañana del mes de abril mi padre sufrió un derrame cerebral, lo intubaron estando prácticamente muerto, pero esto me dio la oportunidad de pasar sus últimas 24 h. con él; fui la única que pude acompañarlo gracias a que trabajo en el hospital. El médico me dijo que estaba clínicamente muerto y que su corazón latía gracias al respirador artificial. Me apoyé en su cama, le cogí la mano y le dije lo mucho que le quería, le di las gracias y le dije que me sentía orgullosa de que hubiese sido mi padre, le pedí perdón por si le había hecho daño y le dije que lo perdonaba por todas las circunstancias dolorosas que pudiera haber ocurrido entre nosotros, y en ese momento abrió los ojos y las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas… suavemente me apretó la mano y cerró sus ojos, que ya no abrió más (lo comenté con el médico y me dijo que era imposible porque estaba clínicamente muerto, pero sucedió). Le acompañé toda la noche y le leí varios textos que encontré; recuerdo uno que comenzaba: “Nadie quiere salir de la casa del padre para comenzar su andadura por la tierra y transcurrido su tiempo nadie quiere emprender el camino de vuelta a casa”. A la mañana siguiente, cuando su corazón dejó de latir, le cogí la mano y le dije que lo quería y lo animé para que siguiera adelante sin mirar atrás, que se dirigiera hacia la luz y que no volviera su mirada atrás, pues todos íbamos a estar bien y el tenía que caminar hacia delante, que buscara la ayuda de Jesús, de los Ángeles y seres de luz; le animaba continuamente que caminara hacia delante sin mirar atrás, porque yo sabía que era la oportunidad que él tenía de poder trascender la propensión kármica que le ataba a la tierra y así tener la oportunidad de acceder a la Clara luz de la Realidad. Y espero y confío que lo haya conseguido.
Con este texto quiero hacer un reconocimiento a la “Madre Muerte”, que nos acoge amorosamente en su seno cuando llegamos a ella, aunque nos pasemos la vida ignorándola.
Un fuerte abrazo
MCarmen me he emocionado al leer tu historia. ..preciosa.
Gracias por compartirla.
Un abrazo.
Mª Carmen, muchas gracias por adentrarnos en otra vision de la muerte, la cual me parece tan hermosa, tambien has logrado que mis lagrimas bajen por mis mejillas recordando mi padre…tambien tuve la suerte de poder acompañarlo en el proceso de su muerte, igual me animo un dia y lo escribo…Hermana, pronto estamos juntos
Un Abrazo
Gracias Mari Carmen por compartir con todos nosotros algo tan maravilloso como acompañar a tu padre en los ultimos momentos de esta vida.Es tan distinto a los pensamientos que teniamos antes y como la mayoria de las personas lo viven, con el dolor y sufrimiento. Me alegro tanto de que nuestro Maestro Felix diera los cursos de la muerte porque a mi tambien me sirvieron y de echo es un pensamiento que me acompaña constantemente y eso me ayuda a vivir esta vida de otra forma, sabiendo que hay otra y que pertenezco a la Casa del Padre al otro mundo,
Besos y abrazos
Gracias MªCarmen por contar esta vivencia tuya tan importante, a mi también me has hecho recordar la muerte de mi padre y de como, despertando nosotros, podemos ayudar a los demás. Un abrazo.
Yo tambien acompañé a mi padre en sus ultimos momentos, y fue una experiencia bellisima, siendo consciente del proceso sagrado de la Vida, acompañandole hacia la Luz y dejandolo fluir hacia su verdadera realidad.
Un abrazo Mª Carmen …